la vida tal cual es se trata de un movimiento del deseo y construyó en nosotros,
como su centro,
un alma del deseo
que refiere a sí misma todos los movimientos de la vida,
poniendo en ellos su propio matiz y dolor perturbados de esfuerzo ignorante,
semiencendido y frustrado.
Para una vida divina,
el deseo debe ser abolido
y reemplazado por un poder-motor más puro y firme,
el alma atormentada del deseo debe ser disuelta y,
en su lugar,
debe emerger la calma, fortaleza y felicidad de un verdadero ser vital
actualmente oculto dentro de nosotros.
Seguidamente,
la vida tal cual es,
constituye principalmente sierva y cómplice del impulso vital ignorante,
pero también,
en parte,
su guía y mentora torpe y no demasiado luminosa ni competente;
para una vida divina,
la mente y el impulso vital
no deben ser otra cosa que instrumentos
y el ser psíquico recóndito (entendemos el Purusha, el quieto, el Testigo observador...)
debe ubicarse como guía del sendero
y señalador de una orientación divina.
Por último,
la vida tal cual es
se vuelca hacia la satisfacción del ego separativo;
el ego debe desaparecer y reemplazarse por la persona verdaderamente espiritual,
por el ser central,
y la vida misma debe volcarse hacia el logro de la Divinidad en la existencia terrestre;
debe sentir una Fuerza Divina que despierta dentro de ella,
convirtiéndose en obediente instrumentación de su propósito.
Sri Aurobindo - Síntesis del Yoga, Libro I
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