lunes, 25 de abril de 2011

EL FUTURO ESTÁ EN NUESTRA CAPACIDAD DE DESPERTAR


Si la humanidad pudiera vislumbrar,
aunque fuera tan sólo en una experiencia fugaz,
los goces infinitos,
las fuerzas perfectas,
los horizontes luminosos de conocimiento espontáneo,
las vastas calmas de nuestro ser que nos esperan en las zonas no conquistadas todavía por nuestra evolución animal,
lo dejaría todo y no descansaría hasta que hubiera obtenido estos tesoros.

Pero el camino es estrecho,
las puertas son difíciles de forzar,
y el miedo,
la duda y el escepticismo están allí,
centinelas de la Naturaleza,
para prohibirnos que alejemos nuestros pasos de los pasos ordinarios.


Sri aurobindo














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La Materia, un templo de la Divinidad


Es para hallarse en los aparentes opuestos de su ser y su naturaleza que Sachchidananda desciende en la Nesciencia material e inviste su ignorancia fenoménica como máscara superficial en la que se oculta de su propia energía consciente, dejándola auto-olvidada y absorbida en sus obras y formas.

Es en esas formas que el alma que despierta lentamente ha de aceptar la acción fenoménica de una ignorancia que es realmente conocimiento que despierta progresivamente de la original nesciencia.

Y es en las nuevas condiciones creadas por estos trabajos que ha de redescubrirse y transformar, mediante esa luz, la vida que de esa manera se afana por cumplir el propósito de su descenso en la Inconciencia.

El objeto de este ciclo cósmico no es volver lo más pronto posible a los cielos donde son eternas la luz perfecta y la dicha, ni a la bienaventuranza supracósmica, ni repetir meramente una desatinada ronda por el insatisfactorio surco de la ignorancia que marcha en pos del conocimiento y nunca lo halla perfectamente -en ese caso la ignorancia sería un despropósito inexplicable del Omni-consciente o una dolorosa y desatinada Necesidad igualmente inexplicable-, pero realizar el Ananda del Yo en otras condiciones que las supracósmicas, en el ser cósmico, y hallar su cielo de dicha y luz incluso en las oposiciones ofrecidas por los términos de una corporizada existencia material, mediante lucha en pos de la dicha del auto-descubrimiento, parecería ser el objeto verdadero del nacimiento del alma en el cuerpo humano y de los afanes de la raza humana en la serie de sus ciclos.

La Ignorancia es un término necesario, aunque muy subordinado, que el Conocimiento universal se ha impuesto para tornar posible el movimiento -no de un despropósito o caída, sino un intencionado descenso, no una maldición, sino una oportunidad divina.

Descubrir y corporizar el Omni-Deleite en un intenso resumen de su multiplicidad, alcanzar una posibilidad de la Existencia infinita que no podría alcanzarse en otras condiciones, crear de la Materia un templo de la Divinidad parecería ser la tarea impuesta al espíritu nacido en el universo material.


Sri Aurobindo 










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Participar en investigación y prácticas



Registro de Yoga es un diario en el que Sri Aurobindo fue anotando, entre 1909 y 1927, sus progresos y dificultades en la Realización de su Yoga. Principalmente basó su trabajo-personal en la práctica de lo que él denomina "Los Siete Chatusthayas". Es un escelente modelo para realizar nuestro particular autoconocimiento, evolución, despertar… Para extraerlas del "Registro" habrá que hacer un trabajo de investigación.


Quienes queráis formar parte del Equipo de Investigación, que incluiría poner en práctica los "Chatusthayas" o realizaciones e ir cotejando resultados individuales, podéis poneros en comunicación con aurguki@hotmail.com

sábado, 23 de abril de 2011

LA IGNORANCIA HUMANA que nos asedia

Pero dado que es desde la Ignorancia que avanzamos hacia el Conocimiento, primero hemos de descubrir la naturaleza secreta y la extensión plena de la Ignorancia. Si observamos esta Ignorancia en la que ordinariamente vivimos por la circunstancia misma de nuestra separativa existencia en un universo material, espacial y temporal, vemos que en su lado más oscuro se reduce, desde cualquier dirección que lo miremos o nos aproximemos a él, en el hecho de una autoignorancia multilateral.

1 - ORIGINAL IGNORANCIA DEL ABSOLUTO
Somos ignorantes del Absoluto que es la fuente de todo ser y devenir; tomamos hechos parciales del ser, relaciones temporales del devenir por verdad total de la existencia --ésta es la primera y original ignorancia.
Eso significará el conocimiento del Absoluto como origen de todas las cosas;

2 - IGNORANCIA CÓSMICA
Somos ignorantes del Yo inespacial, intemporal, inmóvil e inmutable; tomamos la constante movilidad y mutación del devenir cósmico en el Tiempo y el Espacio por verdad total de Ia existencia--, esa es la segunda ignorancia, la ignorancia cósmica.
Realizar el conocimiento del Yo, del Espíritu, del Ser y del cosmos como el devenir del Yo, el devenir del Ser, una manifestación del Espíritu;

3- IGNORANCIA EGOISTA
Somos ignorantes de nuestro yo universal, de la existencia cósmica, de la conciencia cósmica, de nuestra unidad infinita con todo ser y devenir; tomamos nuestra limitada mentalidad egoísta, nuestra vitalidad, corporeidad, por nuestro yo verdadero y consideramos todo lo diferente a eso como un no-yo --esa es la tercera ignorancia, la ignorancia egoísta.
Realizar el conocimiento del mundo como uno con nosotros en la conciencia de nuestro verdadero yo, aboliendo de esa manera nuestra división de él por parte de la idea separativa y la vida del ego;

4 - IGNORANCIA TEMPORAL
Somos ignorantes de nuestro devenir en el Tiempo; tomamos esta pequeña vida en un reducido espacio del Tiempo, en un minúsculo campo del Espacio, por nuestro principio, medio y fin --esa es la cuarta ignorancia, la ignorancia temporal.
Realizar el conocimiento de nuestra entidad psíquica y de su persistencia inmortal en el Tiempo más allá de la mente y de la existencia-terrena;

5 - IGNORANCIA PSICOLÓGICA
Incluso dentro de este breve devenir temporal somos ignorantes de nuestro ser grande y complejo, de aquello dentro de nosotros que es superconsciente, subconsciente, intraconsciente, circunconsciente para nuestro devenir superficial; tomamos ese devenir superficial con su pequeña selección de experiencias abiertamente mentalizadas por nuestra existencia total --esa es la quinta ignorancia, la ignorancia psicológica.
Realizar el conocimiento de nuestra existencia mayor e interior detrás de la superficie;

6 –IGNORANCIA CONSTITUCIONAL
Somos ignorantes de la verdadera constitución de nuestro devenir; tomamos la mente, la vida, el cuerpo o dos de éstos o los tres en total por nuestro principio verdadero o cómputo total de lo que somos, perdiendo de vista lo que los constituye y determina mediante su presencia oculta y lo que se propone determinar soberanamente mediante su emerger en sus operaciones -esa es la sexta ignorancia, la ignorancia constitucional.
Realizar el conocimiento de nuestra mente, vida y cuerpo en su verdadera relación con el yo interior y el ser superconsciente, espiritual y supramental, por encima de ellos;

7 - IGNORANCIA PRÁCTICA
Como resultado de todas estas ignorancias, perdemos el verdadero conocimiento, gobierno y disfrute de nuestra vida en el mundo; somos ignorantes en nuestro pensamiento, voluntad, sensaciones, acciones, equivocada devolución o imperfectas respuestas en cada punto ante las cuestiones del mundo, vagamos en un laberinto de errores y deseos, anhelos y fracasos, dolor y placer, pecado y traspié, seguimos un camino tortuoso, buscamos a tientas, ciegamente, una meta mutable ---esa es la séptima ignorancia, la ignorancia práctica.
Realizar el conocimiento, por último, de la armonía verdadera y del uso verdadero de nuestro pensamiento, voluntad y acción, y un cambio de toda nuestra naturaleza en una expresión consciente de la verdad del Espíritu, del Yo, de la Divinidad, de la integral Realidad espiritual.


De: LA VIDA DIVINA, Tomo III
Capítulo I - LA ASPIRACIÓN HUMANA
Sri Aurobindo 



jueves, 21 de abril de 2011

Ingresar en el Infinito

Este nuevo estado sería ciertamente una reversión de la actual ley de la conciencia y vida humanas, pues invertiría todo el principio de la vida de la Ignorancia.

Es por el gusto de la Ignorancia, por su sorpresa y aventura, uno podría decir, que el alma ha descendido en la Inconciencia asumiendo el disfraz de la Materia, para la aventura y dicha de la creación y el descubrimiento, una aventura del espíritu, una aventura de Ia mente y la vida y las azarosas sorpresas de su obra en la Materia, para el descubrimiento y conquista de lo nuevo y lo desconocido; todo esto constituye la empresa de la vida y todo esto, parecería cesarían con el cese de la Ignorancia.

La vida del hombre está elaborada con la luz y la oscuridad, las ganancias y pérdidas, las dificultades y peligros, los placeres y dolores de la Ignorancia, un juego de colores que se mueve en un sueño de la neutralidad general de la Materia que tiene como base la nesciencia e insensibilidad del Inconsciente. Para el ser-vital normal una existencia sin reacciones de éxito y frustración, de dicha y pesar vitales, de peligro y pasión, de placer y dolor, de vicisitudes e incertidumbres del hado y la lucha, la batalla y el esfuerzo, una dicha de la novedad y la sorpresa y la creación proyectándose en lo desconocido, podría parecer exenta de variedad y por lo tanto exenta de sabor vital. Cualquier vida que supere estas cosas tiende a aparecerse como algo incaracterístico y vacío o volcado en la figura de una inmutable "mismidad"; el humano cuadro mental del cielo es la incesante repetición de una monotonía eterna. Pero esta es una concepción errónea; pues un ingreso en la conciencia gnóstica sería un ingreso en el Infinito.

Sería una autocreación produciendo el Infinito infinitamente en la forma del ser, y el interés del Infinito es mucho mayor y multitudinario al igual que más imperecederamente deleitoso que el interés de lo finito.

La evolución en el Conocimiento sería una más bella y gloriosa manifestación con más panoramas siempre desenvolviéndose y más intensos en todos los sentidos que cualquier evolución que pueda haber en la Ignorancia.

El deleite del Espíritu es siempre nuevo, las formas del deleite, rasa, del Infinito son eternas e inextinguibles. La manifestación gnóstica de la vida sería más plena y fructífera y su interés más vívido que el interés creativo de la Ignorancia; sería un constante milagro mayor y más feliz.




De: LA VIDA DIVINA, Tomo III
Capítulo XIV - LA VIDA DIVINA
Sri Aurobindo 











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Bases para la realización del Ser Interior

CONSCIENCIA
En nosotros ser y existir plenamente es el objetivo de la Naturaleza; mas existir plenamente es ser totalmente consciente del propio ser: la inconciencia, semiconciencia o conciencia deficiente es un estado del ser que no está en posesión de sí; es existencia pero no plenitud del ser. Ser total e integralmente consciente de uno mismo y de toda la verdad del propio ser es condición necesaria para la verdadera posesión de la existencia. Esta autocaptación es lo que significa el conocimiento espiritual: la esencia del conocimiento espiritual es una autoexistente conciencia intrínseca; toda su acción del conocimiento, en verdad toda su acción de cualquier índole, debe ser esa conciencia formulándose. Todo otro conocimiento es conciencia olvidadiza de sí y pugnando por retornar a su conciencia de sí y su contenido; es autoignorancia afanándose por transformarse en autoconocimiento.

VOLUNTAD
Pero asimismo, dado que la conciencia lleva en sí la fuerza de la existencia, para serlo plenamente ha de tener la fuerza intrínseca e integral del propio ser; ha de entrar en posesión de toda la propia fuerza del yo y de todo su uso. Existir meramente, sin poseer la fuerza del propio Ser o con una semifuerza o fuerza deficiente de él, es una existencia mutilada o disminuida; es existir, pero no se trata de la plenitud del ser. Es ciertamente posible existir sólo en el estado, con la fuerza del ser autorreunida e inmóvil en el yo; pero, aun así, existir en la dyamis al igual que en el estado es la integridad de la existencia: el poder del yo es el signo de la divinidad del yo -un espíritu impotente no es espíritu. Pero, así como la conciencia espiritual es intrínseca y autoexistente, de igual modo esta fuerza de nuestro ser espiritual debe ser intrínseca, automática en la acción, autoexistente y aurorrealizadora. Qué instrumentalidad usa debe ser parte de sí; incluso cualquier instrumentalidad externa que use debe ser parte de sí y expresiva de su ser. La fuerza del ser en la acción consciente es la voluntad; y cualquiera que sea la voluntad consciente del espíritu, su voluntad de ser y devenir, toda esa existencia debe ser capaz de realizarse armónicamente. Cualquiera que sea la acción o energía de la acción que no tenga esta soberanía o no sea el dominio de la maquinaria de la acción, lleva consigo, por ese defecto, el signo de una imperfección de la fuerza del ser, de una división o segmentación incapacitante de la conciencia, de un incomplemento en la manifestación del ser.

DELEITE
Por último, existir plenamente es tener el pleno deleite del ser. El ser sin deleite del ser, sin un entero deleite de sí y de todas las cosas es algo neutro y disminuido; es existencia, pero no plenitud del ser. Este deleite también debe ser intrínseco, autoexistente y automático; no puede depender de las cosas que están fuera de él: en cualquier cosa que se deleite, la toma como parte de sí, tiene la dicha de él como parte de su universalidad. Todo indeleite, todo dolor y sufrimiento son un signo de imperfección, de incompletamiento; surgen de una división del ser, de un incompletamiento de la conciencia del ser, de un incompletamiento de la fuerza del ser. La vida divina consiste en completarse en el ser, en la conciencia del ser, en el deleite del ser y vivir en este integrado completamiento.

UNIVERSALIZACIÓN (Yo natural, universal o cósmico)
Pero, además, existir plenamente es existir universalmente. Existir en las limitaciones de un pequeño ego restringido es existir, pero se trata de una existencia imperfecta: en su naturaleza misma es vivir en una conciencia incompleta, en una incompleta fuerza y deleite de la existencia. Es ser menos que uno mismo y provoca una inevitable sujeción a la ignorancia, la debilidad y el sufrimiento: o aunque por alguna divina composición de la naturaleza pueda excluir estas cosas, habría de vivir en una limitada perspectiva de la existencia, en una limitada conciencia, poder y dicha de la existencia. Todo ser es único y existir plenamente es ser todo lo que es. Una condición necesaria de la integral vida divina consiste en existir en el ser de todos e incluir a todos en el propio ser, ser consciente de la conciencia de todos, estar integrado en la fuerza con la fuerza universal, llevar toda acción y experiencia en uno mismo y sentirlas como acción y experiencia propias, sentir todos los yoes como el propio yo y sentir todo deleite del ser como el propio deleite del ser.

TRASCENDENCIA
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De: LA VIDA DIVINA, Tomo III

Capítulo XIV - LA VIDA DIVINA
Sri Aurobindo 



Nacimiento en LA VIDA DIVINA

Toda vida espiritual es, en su principio, un nacimiento en la vida divina.

Es difícil fijar la frontera donde cesa la vida mental y empieza la vida divina, pues ambas se proyectan mutuamente y hay un prolongado espacio de su existencia entremezclada.

Una gran parte de este interespacio --cuando el impulso espiritual no se aparta por completo de la tierra o el mundo--, puede verse como el proceso de realización de una vida superior.

En cuanto la mente y la vida se iluminan con la luz del espíritu, invisten o reflejan algo de la divinidad, la Realidad mayor y secreta, y esto debe aumentar hasta cruzar el interespacio y unificar la existencia toda en la plena luz y poder del principio espiritual.

Pero para la plena y perfecta realización del impulso evolutivo, esta iluminación y cambio debe asumir y recrear al ser todo, a la mente, a la vida y al cuerpo: debe ser no sólo una experiencia interior de la Divinidad, sino también una remodelación de lo existencia interior y de la existencia exterior mediante su poder; debe tomar forma no sólo en la vida del individuo sino también como vida colectiva de los seres gnósticos establecidos como poder y forma supremos del devenir del Espíritu en la naturaleza-terrena.

Para que esto sea posible la entidad secreta en nosotros debe haber desarrollado su propia perfección integralizada no sólo del estado interior del ser sino también del poder que parte del ser y, con esa perfección y como necesidad de su acción completa, debe haber evolucionado su propia dinámica e instrumentación de la existencia externa.

Puede haber indudablemente una vida espiritual interior, un reino celestial dentro de nosotros que no dependa de manifestación externa alguna ni de instrumentación o fórmula del ser exterior.

La vida interior tiene una suprema importancia espiritual y la vida exterior tiene valor sólo en la medida en que exprese el estado interior.

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Pero siempre el fundamento todo de la vida gnóstica debe ser, por su naturaleza misma, interior y no exterior.

En la vida del espíritu está el espiritu, la Realidad interior, que ha construido y usa la mente, el ser y cuerpo vitales como su instrumentación; el pensamiento, el sentimiento y la acción no existen por sí mismos, no son un objeto sino un medio; sirven para expresar la Realidad divina manifestada dentro de nosotros: de otro modo, sin esta interioridad, sin esta originación espiritual, en una conciencia demasiado externalizada o mediante sólo medios externos, no resulta posible una vida mayor o divina.

En nuestra vida actual de la Naturaleza, en nuestra externalizada existencia superficial, está el mundo que parece creamos; mas en el giro hacia la vida espiritual somos nosotros quienes debemos crearnos junto con nuestro mundo. Según esta nueva fórmula de creación, la vida interior se torna de primera importancia y el resto puede ser solamente su expresión y resultado.

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Hay algo que crece en nosotros en respuesta a esta demanda, que pugna por llegar a ser la imagen de un Algo divino y es impelido también a trabajar en un mundo exterior que recibiera y rehacer eso también en una imagen mayor, en la imagen de su propio crecimiento espiritual, mental y vital, para hacer de nuestro mundo también algo creado de acuerdo con nuestra propia mente y espíritu autoconceptor, algo nuevo, armónico y perfecto.

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Mas es dentro de nosotros donde la Realidad debe fundarse y ser la fuente y fundamento de una vida perfeccionada; ninguna formación externa puede reemplazarla: debe existir el verdadero e interior yo realizado si ha de existir la verdadera vida realizada en el mundo y en la Naturaleza.

En el crecimiento en una vida divina el espíritu debe ser nuestra primera preocupación.

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Una vez creada esta vida interior, para convertir todo nuestro ser vital, nuestro pensamiento, sentimiento y acción en el mundo, en un poder perfecto de esa vida interior, debe ser otra preocupación nuestra.



De: LA VIDA DIVINA, Tomo III

Capítulo XIV - LA VIDA DIVINA
Sri Aurobindo 



miércoles, 20 de abril de 2011

Gnosis, La Conciencia de la Realidad, el Ser, el Espíritu que está secreto en nosotros

Es la conciencia y la vida las que deben ser palabras claves para nuestro ser así estructurado en el Tiempo; pues sin ellas la Materia y el mundo de la Materia serían un fenómeno ininteligible, una cosa que sucedió precisamente por Azar o por una Necesidad inconsciente.

Mas la conciencia tal como es, la vida tal como es no pueden ser el secreto todo; pues ambas son muy claramente algo inacabado y aun en proceso.

En nosotros la conciencia es la Mente, y nuestra mente es ignorante e imperfecta, un poder intermedio que ha crecido y aun crece hacia algo más allá de sí: hubo niveles inferiores de la conciencia llegados ante ella y de la cual surgieron, debe haber evidentemente niveles superiores a los que ella misma surja.

Antes de nuestro pensamiento, razonamiento y reflexión mentales hubo una conciencia impensante pero viviente y sensitiva, y antes de eso existió el subconsciente y el inconsciente; después de nosotros y en nuestros aun inevolucionados yoes es probable que aguarde una conciencia mayor, autoluminosa, que no depende del pensamiento constructivo: nuestra mente-pensante imperfecta e ignorante no es ciertamente la última palabra de la conciencia, su última posibilidad.

Pues la esencia de la conciencia es el poder de estar al tanto de sí y de sus objetos, y en su verdadera naturaleza este poder debe ser directo, autorrealizado y completo: si en nosotros es indirecto, incompleto, irrealizado en sus obras, dependiente de los elaborados instrumentos, es porque la conciencia emerge aquí de una Inconciencia original que la vela y está aun agobiada y envuelta con la primera Nesciencia propia del Inconsciente; mas debe tener el poder de emerger completamente, su destino debe ser evolucionar en su propia perfección que es su verdadera naturaleza.

Su verdadera naturaleza ha de ser totalmente consciente de sus objetos, y de estos objetos el primero es el yo, el ser que evoluciona aquí su conciencia, y el resto es lo que vemos como no-yo -pero si la existencia es indivisible, eso también debe ser en realidad el yo: el destino de la conciencia evolutiva debe ser, entonces, devenir perfecta en su captación, enteramente al tanto del yo y omnicaptante.

Esta condición perfecta y natural de la conciencia es para nosotros una superconciencia, un estado que está más allá de nosotros y en el cual nuestra mente, si es transferida repentinamente a él, no podría funcionar al principio; pero es hacia esa superconciencia que nuestro ser consciente debe estar evolucionando.

Pero esta evolución de nuestra conciencia hacia la superconciencia o lo supremo de sí es posible sólo si la Inconciencia que es nuestra base aquí realmente es una Superconciencia involucionada; pues lo que ha de estar en el devenir de la Realidad en nosotros debe ya estar allí involucionado o secreto en su comienzo.

Tal Ser o Poder involucionado podemos concebir que sea el Inconsciente cuando consideramos de cerca esta creación material de una Energía inconsciente y la vemos elaborar con curiosa construcción e infinito artificio la obra de una vasta Inteligencia involucionada y vemos, también, que nosotros mismos somos algo de esa Inteligencia evolucionando de su involución, una conciencia que emerge cuyo emerger no puede detenerse en el camino hasta que el Involucionado haya evolucionado y se haya revelado como una suprema Inteligencia totalmente autoconsciente u omniconsciente. A esto es a lo que hemos dado el nombre de Supermente o Gnosis. Pues eso evidentemente debe ser la Conciencia de la Realidad, el Ser, el Espíritu que está secreto en nosotros y se manifiesta aquí lentamente; de ese Ser sobre los devenires debemos crecer en su naturaleza.


De: LA VIDA DIVINA, Tomo III

Capítulo XIV - LA VIDA DIVINA
Sri Aurobindo 




Desde Tierra Aurobindo














Última actualización: 20 Abril 2011


martes, 19 de abril de 2011

LOS SIETE CHATUSTHAYA

LOS SIETE CHATUSTHAYA

Investigación y prácticas sobre el modelo seguido por Sri Aurobindo
según su diario Registro de Yoga


CHATUSTHAYA PRIMERO (Samata, Shanti, Sukha, Hasya)
                                        Observaciones prácticas Samata pasivo
                                        El Ser Central, clave práctica
                                        Apreciaciones surgidas en la práctica
                                        Textos relacionados con el Chatusthaya Primero 

CHATUSTHAYA SEGUNDO (Viryam, Shakti, Daivi Prakriti, Sraddha)
     Textos originales ordenados
     Estudio: Viryam
     Estudio: Shakti   
               ¿Qué es el vital?
               Dehashakti
               Pranashakti
               Chitashakti
               Buddhishakti
                         Fragmentos sobre el Buddhi
                         Mente o Sistema Psicológico
               La acción de la Divina Shakti
               La Divina Mahashakti
               Fragmentos relacionados
               Comentarios en Registro de Yoga


     Estudio: Sraddha
CHATUSTHAYA TERCERO (Jnanan, Trikaldrishtir, Ashtasiddhi, Samadhi)
     Textos originales ordenados
                   De mente común a Supermente
                   Consideraciones previas de Vijnana
      Estudio: Jnanam
      Estudio: Trikaldrishtir
      Estudio: Ashtasiddhi
      Estudio: Samadhi

INVESTIGACIÓN     
Registro de Yoga (Diario 1909 a 1927, Apéndices, Sadhana Yóguica, notas varias)
Resumen general de los siete Chatusthayas
Los Chatusthayas en el capítulo X de Síntesis del Yoga, libro III


Chatusthaya 4 al 7

Actualizado 14/1/2012
aurguki@hotmail.com