jueves, 21 de abril de 2011

Bases para la realización del Ser Interior

CONSCIENCIA
En nosotros ser y existir plenamente es el objetivo de la Naturaleza; mas existir plenamente es ser totalmente consciente del propio ser: la inconciencia, semiconciencia o conciencia deficiente es un estado del ser que no está en posesión de sí; es existencia pero no plenitud del ser. Ser total e integralmente consciente de uno mismo y de toda la verdad del propio ser es condición necesaria para la verdadera posesión de la existencia. Esta autocaptación es lo que significa el conocimiento espiritual: la esencia del conocimiento espiritual es una autoexistente conciencia intrínseca; toda su acción del conocimiento, en verdad toda su acción de cualquier índole, debe ser esa conciencia formulándose. Todo otro conocimiento es conciencia olvidadiza de sí y pugnando por retornar a su conciencia de sí y su contenido; es autoignorancia afanándose por transformarse en autoconocimiento.

VOLUNTAD
Pero asimismo, dado que la conciencia lleva en sí la fuerza de la existencia, para serlo plenamente ha de tener la fuerza intrínseca e integral del propio ser; ha de entrar en posesión de toda la propia fuerza del yo y de todo su uso. Existir meramente, sin poseer la fuerza del propio Ser o con una semifuerza o fuerza deficiente de él, es una existencia mutilada o disminuida; es existir, pero no se trata de la plenitud del ser. Es ciertamente posible existir sólo en el estado, con la fuerza del ser autorreunida e inmóvil en el yo; pero, aun así, existir en la dyamis al igual que en el estado es la integridad de la existencia: el poder del yo es el signo de la divinidad del yo -un espíritu impotente no es espíritu. Pero, así como la conciencia espiritual es intrínseca y autoexistente, de igual modo esta fuerza de nuestro ser espiritual debe ser intrínseca, automática en la acción, autoexistente y aurorrealizadora. Qué instrumentalidad usa debe ser parte de sí; incluso cualquier instrumentalidad externa que use debe ser parte de sí y expresiva de su ser. La fuerza del ser en la acción consciente es la voluntad; y cualquiera que sea la voluntad consciente del espíritu, su voluntad de ser y devenir, toda esa existencia debe ser capaz de realizarse armónicamente. Cualquiera que sea la acción o energía de la acción que no tenga esta soberanía o no sea el dominio de la maquinaria de la acción, lleva consigo, por ese defecto, el signo de una imperfección de la fuerza del ser, de una división o segmentación incapacitante de la conciencia, de un incomplemento en la manifestación del ser.

DELEITE
Por último, existir plenamente es tener el pleno deleite del ser. El ser sin deleite del ser, sin un entero deleite de sí y de todas las cosas es algo neutro y disminuido; es existencia, pero no plenitud del ser. Este deleite también debe ser intrínseco, autoexistente y automático; no puede depender de las cosas que están fuera de él: en cualquier cosa que se deleite, la toma como parte de sí, tiene la dicha de él como parte de su universalidad. Todo indeleite, todo dolor y sufrimiento son un signo de imperfección, de incompletamiento; surgen de una división del ser, de un incompletamiento de la conciencia del ser, de un incompletamiento de la fuerza del ser. La vida divina consiste en completarse en el ser, en la conciencia del ser, en el deleite del ser y vivir en este integrado completamiento.

UNIVERSALIZACIÓN (Yo natural, universal o cósmico)
Pero, además, existir plenamente es existir universalmente. Existir en las limitaciones de un pequeño ego restringido es existir, pero se trata de una existencia imperfecta: en su naturaleza misma es vivir en una conciencia incompleta, en una incompleta fuerza y deleite de la existencia. Es ser menos que uno mismo y provoca una inevitable sujeción a la ignorancia, la debilidad y el sufrimiento: o aunque por alguna divina composición de la naturaleza pueda excluir estas cosas, habría de vivir en una limitada perspectiva de la existencia, en una limitada conciencia, poder y dicha de la existencia. Todo ser es único y existir plenamente es ser todo lo que es. Una condición necesaria de la integral vida divina consiste en existir en el ser de todos e incluir a todos en el propio ser, ser consciente de la conciencia de todos, estar integrado en la fuerza con la fuerza universal, llevar toda acción y experiencia en uno mismo y sentirlas como acción y experiencia propias, sentir todos los yoes como el propio yo y sentir todo deleite del ser como el propio deleite del ser.

TRASCENDENCIA
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De: LA VIDA DIVINA, Tomo III

Capítulo XIV - LA VIDA DIVINA
Sri Aurobindo 



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