jueves, 21 de abril de 2011

Ingresar en el Infinito

Este nuevo estado sería ciertamente una reversión de la actual ley de la conciencia y vida humanas, pues invertiría todo el principio de la vida de la Ignorancia.

Es por el gusto de la Ignorancia, por su sorpresa y aventura, uno podría decir, que el alma ha descendido en la Inconciencia asumiendo el disfraz de la Materia, para la aventura y dicha de la creación y el descubrimiento, una aventura del espíritu, una aventura de Ia mente y la vida y las azarosas sorpresas de su obra en la Materia, para el descubrimiento y conquista de lo nuevo y lo desconocido; todo esto constituye la empresa de la vida y todo esto, parecería cesarían con el cese de la Ignorancia.

La vida del hombre está elaborada con la luz y la oscuridad, las ganancias y pérdidas, las dificultades y peligros, los placeres y dolores de la Ignorancia, un juego de colores que se mueve en un sueño de la neutralidad general de la Materia que tiene como base la nesciencia e insensibilidad del Inconsciente. Para el ser-vital normal una existencia sin reacciones de éxito y frustración, de dicha y pesar vitales, de peligro y pasión, de placer y dolor, de vicisitudes e incertidumbres del hado y la lucha, la batalla y el esfuerzo, una dicha de la novedad y la sorpresa y la creación proyectándose en lo desconocido, podría parecer exenta de variedad y por lo tanto exenta de sabor vital. Cualquier vida que supere estas cosas tiende a aparecerse como algo incaracterístico y vacío o volcado en la figura de una inmutable "mismidad"; el humano cuadro mental del cielo es la incesante repetición de una monotonía eterna. Pero esta es una concepción errónea; pues un ingreso en la conciencia gnóstica sería un ingreso en el Infinito.

Sería una autocreación produciendo el Infinito infinitamente en la forma del ser, y el interés del Infinito es mucho mayor y multitudinario al igual que más imperecederamente deleitoso que el interés de lo finito.

La evolución en el Conocimiento sería una más bella y gloriosa manifestación con más panoramas siempre desenvolviéndose y más intensos en todos los sentidos que cualquier evolución que pueda haber en la Ignorancia.

El deleite del Espíritu es siempre nuevo, las formas del deleite, rasa, del Infinito son eternas e inextinguibles. La manifestación gnóstica de la vida sería más plena y fructífera y su interés más vívido que el interés creativo de la Ignorancia; sería un constante milagro mayor y más feliz.




De: LA VIDA DIVINA, Tomo III
Capítulo XIV - LA VIDA DIVINA
Sri Aurobindo 











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