lunes, 14 de febrero de 2011

¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?

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Esa finalidad para la cual es menester toda esta exclusiva concentración que llamamos Ignorancia, consiste en seguir el ciclo de auto-olvido y auto-descubrimiento para cuyo deleite el espíritu secreto asume la Ignorancia en la Naturaleza. No es que toda la manifestación cósmica de otro modo se torne imposible; pues sería una manifestación muy distinta de aquella en la que vivimos; se restringiría a los mundos superiores de la Existencia divina o a un típico cosmos no-evolutivo donde cada ser viviría en la luz total de su propia ley natural, y esta manifestación inversa, este ciclo evolutivo, sería imposible. Lo que aquí es la meta sería allí la condición eterna; lo que aquí es una etapa sería allí el tipo perpetuo de existencia. Es para hallarse en los aparentes opuestos de su ser y su naturaleza que Sachchidananda desciende en la Nesciencia material e inviste su ignorancia fenoménica como máscara superficial en la que se oculta de su propia energía consciente, dejándola auto-olvidada y absorbida en sus obras y formas. Es en esas formas que el alma que despierta lentamente ha de aceptar la acción fenoménica de una ignorancia que es realmente conocimiento que despierta progresivamente de la original nesciencia. Y es en las nuevas condiciones creadas por estos trabajos que ha de redescubrirse y transformar, mediante esa luz, la vida que de esa manera se afana por cumplir el propósito de su descenso en la Inconciencia. El objeto de este ciclo cósmico no es volver lo más pronto posible a los cielos donde son eternas la luz perfecta y la dicha, ni a la bienaventuranza supracósmica, ni repetir meramente una desatinada ronda por el insatisfactorio surco de la ignorancia que marcha en pos del conocimiento y nunca lo halla perfectamente -en ese caso la ignorancia sería un despropósito inexplicable del Omni-consciente o una dolorosa y desatinada Necesidad igualmente inexplicable-, pero realizar el Ananda del Yo en otras condiciones que las supracósmicas, en el ser cósmico, y hallar su cielo de dicha y luz incluso en las oposiciones ofrecidas por los términos de una corporizada existencia material, mediante lucha en pos de la dicha del auto-descubrimiento, parecería ser el objeto verdadero del nacimiento del alma en el cuerpo humano y de los afanes de la raza humana en la serie de sus ciclos. La Ignorancia es un término necesario, aunque muy subordinado, que el Conocimiento universal se ha impuesto para tornar posible el movimiento -no de un despropósito o caída, sino un intencionado descenso, no una maldición, sino una oportunidad divina. Descubrir y corporizar el Omni-Deleite en un intenso resumen de su multiplicidad, alcanzar una posibilidad de la Existencia infinita que no podría alcanzarse en otras condiciones, crear de la Materia un templo de la Divinidad parecería ser la tarea impuesta al espíritu nacido en el universo material.
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LA VIDA DIVINA
Libro II
La Conciencia Infinita y la Ignorancia
Fragmento del Capítulo XIII
 LA EXCLUSIVA CONCENTRACIÓN DE LA CONCIENCIA-FUERZA Y LA IGNORANCIA







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