De la ignorancia se crea una conciencia errónea que da una errónea reacción dinámica al contacto de personas, cosas, sucesos; la conciencia superficial desarrolla el hábito de ignorar, interpretar equivocadamente o rechazar las sugestiones para la acción o contra la acción que llega de la secreta conciencia recóndita, de la entidad psíquica; en cambio responde a las no iluminadas sugestiones mentales y vitales, o actúa de acuerdo con las demandas e impulsos del ego vital. Aquí la segunda de las condiciones primarias de la evolución, la ley de un separado ser-vital afirmándose en un mundo que para él es uno no-yo, descuella y asume inmensa importancia. Es aquí donde la superficial personalidad vital o yo vital afirma su dominio, y este dominio del ignorante ser vital es una principal fuente activa de discordia y desarmonía, causa de vitales perturbaciones internas y externas, cauce principal de las malas acciones y el mal. El elemento natural vital en nosotros, en la medida en que está incontrolado o no preparado o retiene su primitivo carácter, no se preocupa de la verdad, ni de la conciencia correcta, ni de la acción correcta; se preocupa de la auto-afirmación, del crecimiento-vital, de la posesión, de la satisfacción del impulso, de todas las satisfacciones del deseo. Esta principal necesidad y demanda del yo-vital parece omni-importante para él; la llevaría a cabo sin consideración alguna con respecto a la verdad, la rectitud, el bien o cualquier otra consideración: pero debido a que la mente está allí y tiene estas concepciones, debido a que el alma está allí y tiene estas percepciones anímicas, procura dominar a la mente y lograr que dicte una sanción y ordene la ejecución de su propia voluntad de autoafirmación, un veredicto de verdad, rectitud y bien para sus propias afirmaciones, impulsos y deseos vitales; está preocupada con la autojustificación a fin de tener lugar para la auto-afirmación plena. Mas si puede obtener el sentimiento de la mente, está muy presta a ignorar todas las normas erigiendo una sola, la satisfacción, el crecimiento, la fuerza, la grandeza de su ego vital. El individuo-vital necesita lugar, expansión, posesión de su mundo, dominio y control de las cosas y los seres; necesita espacio-vital, espacio al sol, autoafirmación, sobrevivencia. Necesita estas cosas para sí y para aquellos a los que se asocia, para su propio ego y para el ego colectivo; los necesita para sus ideas, credos, ideales, intereses, imaginaciones: pues ha de afirmar estas formas de su "Yoidad" y "Miídad" imponiéndolas en el mundo que lo rodea o, si no es lo suficientemente fuerte para ello, al menos ha de defenderlas y mantenerlas contra los demás con el máximo de su poder e ingenio. Puede tratar de hacer eso mediante métodos que piensa escoge para pensar o representa como correctos; puede tratar de hacer eso mediante el desnudo uso de la violencia, el ardid, la falsedad, la agresión destructiva, el aplastamiento de otras formaciones-vitales: el principio es el mismo cualquiera que sea el medio o la actitud moral. Es no sólo en el reino de los intereses, sino en el reino de las ideas y en el reino de la religión que el ser vital del hombre introdujo este espíritu y esta actitud de auto-afirmación, lucha, uso de violencia, opresión y supresión, intolerancia y agresión; impuso el principio del egoísmo-vital en el dominio de la verdad intelectual y en el dominio del espíritu. Dentro de su auto-afirmación la auto-afirmante vida trae consigo el odio y disgusto hacia todo lo que obstruye el camino de su expansión o lastima su ego; desarrolla, como medio o pasión o reacción de la naturaleza vital, la crueldad, la traición y todo género de maldad: su satisfacción del deseo y el impulso no repara en lo correcto ni en lo incorrecto sino solamente en la satisfacción del deseo y del impulso. Pues esta satisfacción está presta para afrontar el riesgo de la destrucción y la realidad del sufrimiento; pues la Naturaleza no pugna solamente por llegar a la auto-preservación sino también a la afirmación-vital y a la satisfacción-vital, a la formulación de la fuerza vital y del ser-vital.
De esto no se sigue que se trate de todo lo que la personalidad vital es en su composición innata o que el mal esté en su naturaleza. Primariamente no se preocupa de la verdad ni del bien, pero puede apasionarse por la verdad y el bien, así como más espontáneamente se apasiona por la dicha y la belleza. En todo lo que está desarrollado por la fuerza-vital hay desarrollado al mismo tiempo un secreto deleite en alguna parte del ser, un deleite en el bien, y un deleite en el mal, un deleite en la verdad y un deleite en la falsedad, un deleite en la vida y una atracción hacia la muerte, un deleite en el placer y un deleite en el dolor, en nuestro propio sufrimiento y el sufrimiento de los demás, pero también en nuestra propia dicha y bien, y la dicha, la felicidad y bien de los demás. Pues la fuerza de afirmación-vital afirma tanto al bien como al mal: tiene sus impulsos de ayuda y asociación, de generosidad, afecto, lealtad, desprendimiento; asume tanto el altruismo como el egoísmo, tanto se sacrifica como destruye a los demás; y en todos sus actos está la misma pasión por la afirmación-vital, la misma fuerza de acción y realización. Este carácter del ser vital y su tendencia a existir donde los que denominados bien y mal son items mas no el cauce principal, es evidente en la vida subhumana; en el ser humano, dado que se ha desarrollado un discernimiento mental, moral y psíquico, está sujeto a control o camuflaje, pero no cambia de carácter. El ser vital, su fuerza-vital y su impulso en pos de la auto-afirmación son, ante la ausencia de una abierta acción del poder-anímico y del poder espiritual, Atmashakti, medio principal de concreción de la Naturaleza, y sin su apoyo ni la mente ni el cuerpo pueden utilizar sus posibilidades o realizar su objetivo aquí en la existencia. Es sólo si el ser vital interior o verdadero reemplaza a la personalidad-vital externa que el impulso del ego vital puede vencer por completo y la fuerza-vital convertirse en sierva del alma y poderosa instrumentación para la acción de nuestro verdadero ser espiritual.
Este es entonces el origen y naturaleza del error, la falsedad, la equivocación y el mal en la conciencia y voluntad del individuo; una limitada conciencia que surge de la nesciencia es la fuente del error, un personal apego a la limitación y al error nacido de ella es la fuente de la falsedad, una conciencia equivocada gobernada por el ego-vital es la fuente del mal. Pero es evidente que su existencia relativa es sólo un fenómeno proyectado por la fuerza cósmica en su impulso hacia una auto-expresión evolutiva, y es allí que hemos de buscar la significación del fenómeno. Pues el emerger del ego-vital es, como hemos visto, una maquinaria de la Naturaleza cósmica para la afirmación del individuo, para su auto-liberación de la indeterminada sustancia masiva del subconsciente, para la aparición de un ser consciente sobre terreno preparado por la Inconciencia; el principio de la afirmación-vital del ego es la consecuencia necesaria. El ego individual es una ficción pragmática y efectiva, una versión del yo secreto dentro de los términos de la conciencia superficial, o un subjetivo sustituto del verdadero yo en nuestra experiencia superficial: está separado por la ignorancia del otro-yo y de la Divinidad interior, pero aun es empujado secretamente hacia una unificación evolutiva en la diversidad; detrás de sí, aunque finito, tiene el impulso del infinito. Pero esto en los términos de una conciencia ignorante se traduce dentro de la voluntad para expandir, para ser una finitud ilimitada, para tomar dentro de sí cuanto puede, para entrar en todo y poseerlo, incluso para ser poseído si mediante eso puede sentirse satisfecho y creciendo en o a través de los demás, o llevar consigo, por sujeción, el ser y poder de los demás u obtener de ese modo ayuda o impulso para su afirmación-vital, su deleite-vital, su enriquecimiento de la existencia mental vital o física.
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LA VIDA DIVINA
Libro II
La Conciencia Infinita y la Ignorancia
Fragmento del Capítulo XIV
EL ORIGEN Y REMEDIO DE LA FALSEDAD, EL ERROR, LA EQUIVOCACIÓN Y EL MAL
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